lunes, 28 de noviembre de 2011

TODO LLEGA EN ESTA VIDA: UGT alivia carga laboral y aplica un ERTE a sus trabajadores.

UGT alivia carga laboral y aplica un ERTE a sus trabajadores

La medida afectará a 80 trabajadores fijos y cuarenta temporales del sindicato.

El sindicato de clase Unión General de Trabajadores de Andalucía, que tiene como razón de ser fundacional la defensa de los trabajadores y de sus puestos de trabajo, tramita en la actualidad, según fuentes laborales, 120 Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para otros tantos empleados de dicho sindicato. Trascendió de una reunión sindical celebrada el pasado miércoles 23 en la sede ugetista de la calle Salado, que ochenta de los empleados afectados por esta decisión serian fijos y unos cuarenta, aproximadamente, temporales. Todos pertenecientes a Fomento. Estos trabajadores dispersos por las diferentes sedes de UGT en Andalucía integrarían los cuerpos de administración, técnicos e informáticos, según las citadas fuentes.
Días antes de esta asamblea de empleados de la UGT, en Cádiz, concretamente el pasado día 19 , el secretario general de la provincia, Salvador Mera, declaraba que esa regulación laboral afectaría en la sede gaditana del sindicato a seis trabajadores. Mera le explicaba a lavozdigital.esque se llega a esta situación por los atrasos de la Junta en la subvención que sostiene el programa de Fomento del Empleo que, anualmente, concede la administración autonómica. Normalmente, antes del 30 de noviembre, la Junta resuelve esas ayudas y se pueden continuar con los ciclos de Fomento. A día de hoy, esas ayudas, aún no han llegado a la UGT y, consecuentemente, se desactiva el programa. El problema es que no solo afectaría esa retirada de la subvención a los 120 trabajadores ya mentados, según fuentes laborales; también afectaría a más de un centenar de empleados de otros programas que no podrían acogerse a ningún ERTE o ERE y que irían, directamente, a las colas del paro.

Baile de cifras

UGT-Andalucía confirmó anoche que hoy se presenta el Expediente Regulador Temporal de Empleo que afectaría, según sus datos, a 44 empleados de la central sindical, difiriendo así claramente con las cifras que barajan los asambleístas afectados. Esos trabajadores proceden de áreas laborales tan distintas como técnicos, prevención de riesgos laborales, asesores y seguidores de convenios e informadores laborales y serían mayoritariamente fijos-discontinuos. Las fuentes ugetistas, no obstante, estaban convencidas de que no habría lugar a EREs, ya que los ERTEs, de tres meses de duración y que entrarán en vigor el próximo uno de diciembre, servirán de puente para poder ubicar, nuevamente, a los trabajadores.
Estos eran más pesimistas y cargaban contra UGT y su falta de solidaridad. «La Junta siempre ha llegado tarde a la renovación de esos programas de Fomento. Pero UGT adelantaba el dinero con fondos de su tesorería y se podía seguir con el ciclo laboral». ¿Por qué entonces no lo ha hecho esta vez?. La respuesta no parece difícil y se puede entender que UGT-Andalucía no tenga en sus arcas el dinero de otras veces o bien que no lo quiera exponer ante el riesgo evidente derivado de la crisis que soportamos.
Las fuentes laborales consultadas por ABC ponían de manifiesto el hecho de que muchos compañeros que trabajan para la UGT-A puedan ir a la calle mientras que el patrimonio inmobiliario de la central sindical es muy estimable en toda la comunidad. También subrayaron, en este sentido, la multiplicación de compras de activos inmobiliarios en el entorno de la calle Salado, donde posee dos casas sevillanas de varias plantas y grandes dimensiones así como varios locales habilitados para oficinas.
Y como colofón contaban la anécdota de la reunión celebrada el pasado día 23 en la sede de la calle Antonio Salado, donde se reunió el comité de la Federación de Servicio Público y se sirvió un catering esplendido presidido por un jamón hermosísimo en el centro del salón. Es, sin duda, tan solo una anécdota, pero muy chocante cuando se habla de que entre cuarenta y 120 trabajadores de la UGT corren peligro cierto de quedarse en la calle mientras los altos cargos de la central no miden el alcance de sus agasajos gastronómicos.