lunes, 31 de octubre de 2011

La economía española, estancada y a un paso de la recesión.

Las previsiones apuntan que España puede registrar dos trimestres consecutivos con crecimiento cero o negativo en 2012, el temor se hace palpable cuando se constata que en el tercer trimestre España crece un 0% y echa por tierra todas las estimaciones del Gobierno, que esperaba una subida del 1,3%.



La economía española registró una tasa de variación intertrimestral nula durante el tercer trimestre del año y creció un 0,7% en tasa interanual, según el último boletín económico del Banco de España, que hecha por tierra ya toda estimación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que esperaba y se reafirmaba en un crecimiento del 1,3% para este año.

El instituto emisor destaca que durante el tercer trimestre ha continuado el "debilitamiento" de la economía, en un entorno marcado por el "agravamiento" de la crisis de deuda soberana de la zona euro.

La demanda interna habría experimentado un nuevo retroceso en el tercer trimestre, con una aportación negativa del 0,8%, mientras que la demanda externa neta se mantuvo como principal soporte de la economía y amplió su contribución al crecimiento del PIB, hasta el 0,8%.

En cambio, la demanda exterior neta se mantuvo como principal soporte de la economía y amplió su contribución al crecimiento del PIB, hasta el 0,8%, debido al dinamismo de las exportaciones de bienes y del turismo, si bien las perspectivas para el último tramo del año han empeorado, dice el Banco de España, por la desaceleración de la economía mundial.

En concreto, indica que las decisiones de gasto de las familias mostraron en conjunto un "tono de debilidad", y estima que el consumo de los hogares habría experimentado un pequeño repunte en tasa intertrimestral (del 0,1%), en un entorno marcado por la desfavorable evolución del mercado laboral, la acusada incertidumbre, la pérdida de poder adquisitivo por la elevada tasa de inflación y la caída del valor de la riqueza, tanto del componente financiero como del inmobiliario.

La inversión residencial, por su parte, se contrajo a una magnitud similar a la del trimestre previo en términos de tasa intertrimestral, con lo que la ratio de inversión residencial sobre el PIB se habría reducido en torno a cinco puntos porcentuales desde su nivel máximo de 2007. Además, la demanda de activos residenciales siguió mostrando una senda descendente.

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